Una de las principales cuestiones que abordan los dueños primerizos es cómo bañar a un perro pequeño. Es una duda natural, ya que en el imaginario colectivo tendemos a asociar a los perros de raza pequeña con animales más delicados que sus homólogos de mayor tamaño. Sin embargo, debemos tener el mismo cuidado a la hora de bañar a un perro pequeño que a uno grande.
¿Puedo bañar a un cachorro?
Antiguamente existía la falsa creencia de que bañar a un cachorro era perjudicial para su salud. Esta afirmación se basaba en la idea de que nuestra mascota debía tener la cartilla de vacunaciones al día antes de entrar en contacto con el agua. Hoy en día se sabe que dicho consejo, aunque bueno en intención, no responde a la realidad, por lo que podemos bañar a nuestro cachorro en cualquier momento.
Las únicas precauciones que debemos tomar a la hora de efectuar el baño es la que tendríamos con cualquier otro animal: hacerlo con delicadeza y dulzura.
¿Cuándo debo bañar a un perro pequeño?
Los perros de raza pequeña suelen ensuciarse más que los grandes. La razón es que, debido a su tamaño, tendemos a acariciarlos y a cogerlos en brazos mucho más a menudo. Por esta razón, vigilar la higiene de los perros pequeños es muy importante.
No existe consenso sobre cuándo bañar a un perro independientemente del tamaño. Los expertos recomiendan hacerlo siempre y cuando tu mascota dé mal olor. No importa si lo has bañado hace poco; si tu perro está sucio, debe pasar de nuevo por la bañera.
Para que tu perro adquiera el hábito del baño, debes empezar a acostumbrarlo desde muy pequeño. Lo ideal es establecer una rutina a partir de los dos meses de edad, momento en el cual asimilará conceptos y aprendizajes mucho más rápido. Si esperamos hasta los 4 o 5 meses de edad, es probable que no se adapte adecuadamente a su rutina.
¿Qué material necesito?
Antes de lanzarte a la particular odisea de bañar a un perro pequeño, necesitarás diversos materiales:
- Toalla: lo ideal es disponer de una toalla de microfibra absorbente especial para perros. Estas toallas secan mucho más rápido y no necesitan ser sometidas a fricción. Será suficiente con envuelvas a tu perro en ella y tu mascota estará seca en pocos minutos. Además, están diseñadas para acumular la mínima cantidad de pelo posible.
- Champú especial para canes: nunca utilices un champú común para bañar a tu perro. Su piel es mucho más sensible que la nuestra, por lo que deberás recurrir a champús especiales sin acidez para asegurarte de que la piel de tu mascota se mantiene sana e hidratada.
- Esponja para mascotas: no debe contener sulfatos ni parabenos. Para estar seguros de su eficacia, ha de contener perlas de jabón que ayude a la producción de espuma y Ordenone para evitar los malos olores.
- Cepillo de púas metálicas: asegúrate de que las puntas disponen de una protección de goma para evitar dañar su piel. Este tipo de cepillo permite la eliminación de las partículas de suciedad más gruesas y favorece la eliminación de los nudos más rebeldes.
- Cepillo de púas de nailon: ideal para eliminar el polvo superficial del manto y dar vida a su pelo.
- Balde de plástico para baño. También puedes bañarlo en un fregadero o bañera.
- Juguetes o premios para calmarlo.
Preparación para el baño
Es muy importante que efectúes el baño siempre en el mismo lugar. Los perros son animales de costumbres, por lo que será mucho más fácil establecer una rutina si tu mascota asocia el baño a un lugar determinado.
Por otro lado, debemos proteger a nuestro amigo ante cualquier eventualidad. Por ello es importante que el lugar donde se bañe esté preparado para evitar resbalones. Podremos utilizar plantillas antideslizantes o toallas limpias.
Recuerda que tu pequeño perro necesitará refuerzo positivo, por lo que el momento del baño será mucho más llevadero si lo asocia a un momento placentero. Asegúrate de que el agua está a una temperatura adecuada y, si es necesario, recompénsalo con juguetes o comida una vez finalice el proceso.
Cepillado
Uno de los «trucos» de los expertos es el de cepillarlos antes y después de cada lavado. Especialmente si se trata de perros peludos, el primer punto es fundamental. El motivo es sencillo: tu pequeño lanudo tendrá nudos que serán imposibles de deshacer con el pelo mojado. Por ello es muy importante que utilices un cepillo de púas de acero antes de pasarlo por agua.
Recuerda peinarlo siempre en el sentido del crecimiento del pelo para no dañar su piel. En caso de que los nudos se encuentren en zonas sensibles como el ano, deberás aplicar una crema especial para evitar la irritación.
El proceso del baño
Una vez estemos preparados, llegará el momento de la verdad. Durante el proceso, asegúrate de que tu pequeño perro disfruta del baño dedicándole buenas palabras y caricias sinceras. Frótale suavemente con la esponja y ten mucho cuidado con los ojos y cualquier orificio en el que le pueda entrar jabón. Una buena idea puede ser taponar sus oídos con algodón mientras efectúas el baño.
A su vez, asegúrate de que llegas a todas las partes de su cuerpo, especialmente a aquellos lugares susceptibles de sufrir infecciones, como el ano o los genitales.
Una vez concluido el proceso, enjuágalo con delicadeza. Es muy importante que no queden restos de jabón en ninguna zona, ya que su piel podría irritarse.
Para finalizar…
Recompénsalo con juguetes o algo de comida una vez finalice el baño. De esta forma, tu amigo canino asociará el agua a un momento positivo. No olvides volver a pasarle el cepillo de púas de nailon para darle el toque definitivo de brillo a su pelo.
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